La segunda, a la que alude en este capítulo, se refiere a la cantidad de palabras que eres capaz de leer, de manera silenciosa.
El defecto más generalizado al que se enfrentan los lectores más jóvenes en la denominada lectura rápida es un excesivo análisis de las palabras o la lectura palabra por palabra. A veces esta costumbre se acompaña por movimientos de labios y de boca. Otras veces, se sigue con el dedo las palabras que se van leyendo. Todos estos son tics que se deben eliminar si se quiere mejorar la velocidad de lectura.
La lectura rápida
Una lectura rápida no solo se consigue con un movimiento adecuado de los ojos, se debe:
- Ampliar el vocabulario y con ello incrementar capacidad de la comprensión de lo que se lee.
- Hacer una lectura inteligente.
La lectura rápida solo es posible cuando estamos muy familiarizados con el lenguaje y su contenido. Es por esto que remitimos al método de lectura SQ3R o EPL2R, especialmente la sección LEER que cubren nuestras necesidades en esta materia. No obstante, te damos algunos consejos adicionales para mejorar la comprensión de la lectura y la velocidad.
Un método sencillo y práctico para mejorar la velocidad de lectura
- Intenta mejorar tu vocabulario, consulta frecuentemente el diccionario. Haz fichas de las nuevas palabras que aprendes y esfuérzate por utilizarlas. Cada vez que utilizas o lees una palabra se denomina “encuentro léxico”. Se ha demostrado que se necesitan cerca de 20 encuentros léxicos para conocer realmente el significado y usos de una palabra concreta. Se trata de que aceleres este proceso, propiciando muchos “encuentros léxicos” con la palabra que quieras aprender.
- No leas más rápido de lo que te permite tu comprensión. La velocidad de la lectura no es un reto en sí mismo, sí lo es, sin embargo, la comprensión. Es decir, si quieres aumentar la velocidad de tu lectura silenciosa para ser capaz de comprender un mayor número de textos en el menor tiempo posible, no por el mero hecho de leer muy rápido. Como en muchos casos, en el ámbito de la lectura la cantidad no es sinónimo de calidad.
- Practica la lectura durante tres o cuatro semanas intentando mejorar comprensión y rapidez durante 15 minutos cada día. Cada semana, cronométrate leyendo un capítulo de uno de tus libros y mide el número de páginas por hora puedes leer. En cuanto a la comprensión, pide a tus padres que te hagan preguntas sobre el texto que acabas de leer. Pueden preguntarte sobre las acciones que se han llevado a cabo, los personajes que aparecen, el mensaje del texto...
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