Sin embargo, informes externos como el conocido PISA, indican que los alumnos y alumnas europeos, y especialmente los españoles muestran graves problemas en este apartado en comparación con aquellos de otros continentes. Es decir, no comprenden realmente lo que están leyendo.
Este problema, lejos de ser un mero suspenso, implica severas dificultades tanto a nivel académico como social. Si el niño no entiende lo que lee, difícilmente podrá superar adecuadamente los exámenes. Cuando ese niño sea adulto, será una persona incapaz de entender la publicidad, los documentos del banco…
Por eso, en esta página proponemos una serie de estrategias que los padres pueden poner en marcha en sus casas y así ayudar a mejorar la comprensión lectora de sus hijos:
El cerebro es más rápido que el ojo humano, leer al ritmo que el cerebro comprende es una de la claves de la lectura rápida.
Algunas investigaciones han demostrado que la velocidad de la lectura y la comprensión están altamente correlacionadas.
En los cursos de lectura rápida los alumnos que incrementan su velocidad, también mejoran la comprensión del texto que leen. Incluso, cuando disminuyen su velocidad de lectura, baja también su grado de comprensión.
Aunque con menos evidencia estadística, ir leyendo palabra por palabra (lectura de palabras) inhibe la comprensión de la lectura.
Al parecer nuestro cerebro mantiene en un mismo nivel ambos aspectos: velocidad de lectura y comprensión. De ahí que los llamados "malos estudiantes" salgan siempre perdiendo: una pobre velocidad, también conlleva un bajo nivel de comprensión de la lectura.
La mayoría de los adultos que son capaces de incrementar de forma considerable su velocidad de lectura, rara vez lo hacen sin aumentar notablemente su nivel comprensión.
Por tanto las mejores técnicas y cursos de lectura rápida son aquellos que se ocupan de ambas cosas: velocidad de lectura y comprensión. No basta con trucos para mover los ojos en verticalidad por las páginas de un libro. Hay que corregir y mejorar nuestros hábitos de lectura que no favorezcan la comprensión.
Trucos sencillos para mejorar la compresión de la lectura
1. Incrementar la velocidad de la lectura, pero teniendo en mente la necesidad de comprender. Leer rápido con la convicción de que si leemos más rápido, podemos comprenderlo mejor.
2. Mejorar nuestra capacidad para entender globalmente frases enteras, párrafos, páginas, apartados...
3. Familiarizarnos con el tipo de lenguaje y contenido.
Técnicas para mejorar la comprensión lectora
1. La selección del texto:
-Debe aportar un valor al niño (el respeto, el esfuerzo, la tolerancia...) que contribuya a su formación como persona
-
Debe estar claro el mensaje del autor, no debe ser ambiguo
-
El vocabulario debe adaptarse al nivel de cada lector, con vocablos de uso frecuente.
2. Antes de la lectura:
-
Motivar al niño sobre la lectura preguntándole sobre qué irá el texto en función del título o de las ilustraciones que lo acompañan.
- Anticipar información sobre el contenido del texto para interesarles
3. Durante la lectura:
-
Ir haciendo preguntas sobre el contenido
- Aclarar el significado de las palabras que no entiendan. No merece la pena que pierdan tiempo buscándo en el diccionario. Recuerda que tratamos de mejorar la comprensión lectora.
-
Hacer que el niño se haga a sí mismo preguntas sobre la lectura. Por ejemplo: ¿Tiene el texto algo que ver con lo que tú pensabas?
4. Después de la lectura:
-
Resumen de las ideas principales
-
Preparar preguntas de tres tipos diferentes:
Literales: Con información que aparezca en el texto. Estas preguntas deben ser las más frecuentes en niveles de Primaria
Interpretativas: Preguntas cuya respuesta no aparezca directamente en el texto, sino que haya que deducirla a partir de su contenido. Deben ser las más importantes en Secundaria y Bachillerato
Críticas: Preguntas no directamente relacionadas con el texto, en las que el alumno debe expresar su opinión sobre algún asunto tratado.